Después de una ardua investigación, de googlear por minutos completos, logré dar con el paradero de mi primer enemigo: el temible y terrible NIÑO MURCIELAGO.
Según mis informantes online, me dijeron que podría habitar en las temibles cuevas del parque forestal. Supongo que debe ser un lugar tenebroso, con bosques frondosos, cuevas siniestras, olvidado por Dios.
Pero llegué allá y ¿dónde mierda podrá esconderse ese engendro del demonio? ¿dónde están las cuevas, los arboles encantados?
He sido engañado una vez más por la internet.
Espera! se escuchan ruidos. GRITOS!!! el horror, debe ser el niño murciélago atormentando a la humanidad.
Corro entre los arboles. Veo la gente marchando. Debe ser la gente en contra del mal. No se preocupen ciudadanos. el Black Ranger ha llegado!!!
TRANSFORMACIÓN!!!!
La gente va marchando, carteles de igualdad. SÍ, igualdad contra los malhechores, que sean castigados.
Vistiendo mi clásico spandex negro y ajustado, llego blandiendo mi hacha, alimentando de esperanza a los más desafortunados.
La gente me rodea, felicita, abrazan y me apoyan -“que motiva’o compadre”, “que buen disfraz”, “eso viejito, Viva la igualdad”, “que orgulloso debes estar para vestirte así”.
-Sí igualdad, es hora de luchar! No teman ciudadanos ordinarios y débiles, vine a ayudarlos en esta cruzada contra la maldad! a derrocar a los monstruos que nos amenazan!!!
La gente lo pide, celebra mi llegada. A mis espaldas, me siguen, alientan, bailan. Algunos me piden el teléfono incluso, me guiñen el ojo. Es bueno sentir que el respeto y admiración de mis hazañas no han pasado al olvido.
Vamos todos juntos a combatir al niño murciélago.
Marchamos por horas, caminando a ver a mi monstruoso enemigo... pero al final, nada. El grito de justicia de la gente alertó al monstruo que mi hacha de la justicia venía en camino.
Tuviste suerte monstruo, pero cuidado que estaré vigilando.
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